Guillermo Pérez Villalta, gran observador de las culturas clásicas, extrae de estas sus esencias para, desde su perspectiva y desde el tiempo que le ha tocado vivir, devolvernos una obra mestiza, fruto de la influencia de la Bauhaus y el Movimiento Moderno, pero también del Rococó, al cual defiende fervientemente –véase el libro «Melancólico Rococó» publicado por Los Sentidos Ediciones. 

En este orden de cosas Pérez Villalta, uno de los artistas españoles más singulares, que siempre desde su erudición ha reivindicado lo ornamental, lo decorativo y lo suntuoso, aborda el encargo de la editorial Galaxia Gutenberg para ilustrar «Viajes de Gulliver» de Jonathan Swift, coincidiendo con la conmemoración del 150 aniversario de su publicación. Un libro de una complejidad extraordinaria por lo que supone de sátira política, moral y social, que se presenta como una obra que al cabo de casi tres siglos (fue publicado inicialmente en 1726), sigue siendo un clásico de la literatura juvenil y continúa divirtiendo, suscitando grandes emociones y despertando la imaginación de los lectores de las generaciones actuales. La complejidad de la obra, que ocupa un lugar destacado dentro del amplio imaginario de Pérez Villalta, le permite desarrollar su creatividad en muchos aspectos, realizando un extraordinario trabajo de interpretación de los pasajes del libro; teniendo como máxima creativa traer la realidad visible de aquellas imágenes que aparecen en nuestra mente al leer un capítulo, Pérez Villalta compone cada ilustración como escenas concebidas de antemano. “Procuré adaptarme realmente al texto, porque creo que las ilustraciones tienen el deber de recordarte el texto una vez que lo has leído”. Las mismas ilustraciones, realizadas en su mayor parte en 

acuarela, siguen entonces el hilo de la narración y son de una profunda libertad. Gracias al dominio de la técnica, Pérez Villalta consigue dar a su obra un original carácter realista dentro del mundo de lo fantasioso. Estas ilustraciones se acompañan de unas bellas y originales letras capitales, ornamentos y filigranas que tienen algo de alegóricas como las que aparecen en los códices miniados, mereciendo una consideración aparte, pues podrían ser bocetos tanto de piezas escultóricas como de piezas para joyería. Se conforma así una colección de casi un centenar de dibujos originales que el autor desarrolla con gran gozo, y que le sirven para recrear los viajes del capitán Lemuel Gulliver por países de lo más pintorescos, capturando la esencia de este texto que es mucho más que un libro de aventuras. Siguiendo el mordaz sentido del humor de Jonathan Swift con el que creó precedente en la sátira moderna, el pintor refleja en sus dibujos esa sátira social para reflexionar sobre la estupidez y sinrazón del género humano. Se trata de la última obra que el autor ha ilustrado, tras realizar «El Faetón» (1985) y «La Odisea» (1987), del Conde de Villamediana, para la editorial Turner; «Melodías inolvidables» de Juan José Téllez (1995) y las siguientes publicaciones de la que es autor e ilustrador: «Ocho caras» (Ediciones Estampa, 1984) y «Once cuentos» (TF Editores, 2006). La belleza, lo íntimo y la ironía se dan la mano en el décimo aniversario de la creación de esta maravillosa obra con la cual el disfrute está asegurado. Es un compendio de Pérez Villalta que hará cambiar algo en la mirada y en el interior del espectador convirtiéndose en reflejo del discurso inagotable del artista gaditano.